martes, 29 de marzo de 2011

A les pibes naturalis ♥

El otro día fui a la marcha...faltaban tantos...fue un poco triste...y un poco alegre también...


Vuelvan los lindos días del '68...no ese año terrible lleno de masacres y dictaduras, genocidios, traiciones y mierdas militares...ese año divino en que se mundializó la lucha y las flores...

Argentina...

Francia...
México...
Estados Unidos...
Seamos naturales, no necesitamos la pólvora, no necesitamos el fusil...

martes, 1 de marzo de 2011

no quiero ser una hormiga

Se rodó el pintalabios por la boca y salió convencidísima de que era humana...
El viento le voló el pelo y con la mano se peinó, tan decidida que dio miedo.
Frenó en la esquina. Tal era su poder que extendió la mano hacia la calle y un colectivo se detuvo a su lado. Mágico... Se subió y pasó la tarjeta. Nadie le dijo nada porque nadie la vio...No le dijo nada a nadie porque no vio a nadie. Siete de la mañana... se inserta el auricular, se sienta y piensa en nada. Hace muchísimo tiempo que no siente...casi el mismo tiempo que lleva subiéndose al colectivo...

El colectivo frenó despacio. Clásico...llegada. Se bajó del colectivo amontonada, amontonadísima. Estaba lleno de gente, pero no vio a nadie. Caminó entre multitudes hasta llegar a destino. Se sintió diminuta...
Cuando llegó se sentó en el cordón al lado de un grupo de gente que tampoco pudo ver...que tampoco la vio...
Se enchufa el auricular de nuevo y hace silencio. Escucha lo mismo de siempre...un poco de música balcánica y otro tanto de grunge acústico norteamericano. De a momentos se infiltra una chacarera modernosa pero es casi siempre para cambiar el tono.
Se lleva la mano a la boca y con los dientes raspa el esmalte de sus uñas. Suspira una vez...suspira de nuevo... No hay nadie por ahí que la haga sentir menos hormiga, nadie la ve, ella no ve a nadie.
De pronto una mano amiga le toca el hombro. Se gira y lo ve. Él la mira, le sonríe, le alcanza el mate... él no tiene cabello corto, él no es muy blanco, él tiene una barba larguísima y una obra de arte pintada en la remera. No se parece a nadie que haya visto... Bueno...hace muchísimo que no ve a nadie.
Se sienta a su lado y ella se quita los auriculares. Lo escucha decir algo del calor que hace pero no le entiende muy bien -su español no es el mejor-. Ella le sonríe y le recibe el mate.
_Tomemos mates juntos... _y mirando hacia adelante_. ¿No te cansa ser una hormiga?
Vuelven a sonreír. Él la ve, ella lo ve, hablan y toman mates...dejan de ser hormigas...vuelven a ser humanos...


Texto por Poyo Skalari