jueves, 28 de junio de 2012

Azulidad

Hay ciertas cosas que nunca voy a entender. Antes estaba tan cómoda, tan en donde tenía que estar. ¿Cómo llegué a esto? Son las mismas personas, el mismo bar, la misma música, el mismo lugar, hasta la misma ropa, los relojes siguen en las mismas muñecas, hay dos o tres rubios más, una chica muy linda que se pasea siempre con medias con escamas y un chaleco amarillo que contagia alegría, la misma filosofía en las mismas bocas, las mismas palabras en las mismas mesas. ¿Cuándo dejé de pertenecer? Si sigo enamorada de los mismo conceptos...la misma estúpida de labios partidos y el mismo estúpido novio sonriente, pero irradian arte los dos, es verdad.

Edi: _Es que la misma gente, los mismos aires, qué sé yo, se vuelve siempre lo mismo y vos sos diferente todos los días.

Batko: _La chica azul es todos los días de otro color, yo creo que se debe confundir todas las mañanas cada vez que se mira al espejo, siempre es alguien nueva, no se debe reconocer al cabo de un tiempo. Piensa algo hoy y mañana es la antítesis de ese pensamiento. Me intriga tanto, pero me da tanta pena. Debe estar tan confundida, tan sola. Bueno...todos estamos solos al final, creemos que no, pero la soledad es un imperio terrible.




También me pregunto en qué pensabas mis padres al comprarme ese gorro cuando era tan chica. ¿En qué estaban pensando?


Si supieras lo que extraño tus pensamientos, Batko.

Cómo me gustó que me dijeras "la chica azul"

viernes, 1 de junio de 2012

El fin de las risas y las suaves mentiras

Sí, infantil. Las canciones que suenan a cuna, o no, mejor, a muñecas. Porcelana y plastilina, pañuelos de colores y uñas vacías. Siempre renegando del origen, ¡qué fastidio! Rechinan tus dientes y llorás, "a gritos", porque tus teorías no coinciden, porque te mentís, estúpida, sin éxito. Tantas fantasías. Infantil, siempre. Te llevás miles de libros a tu pelo y se te escapa la verdad, mujer, que no es agua, se te filtra entre los dedos, ¿qué te pasa? La mentira, loca, maníaca, demente, la mentira te lastima más que yo, más que él. ¿Infantil? Demente. Esa felicidad hipócrita, no me la muestres, no te engañes, sos de mentira. No te engañes, que entonces los huesos se vuelven frágiles y las venas y hasta la piel. Y se quiebra, fijate, estás llena de baches y grietas, estabas tan completa, ¿quién te desarmó? ¿Qué viento se llevó tus piezas? ¿Tus engranajes? De lejos sos tan perfecta mujer, pero de cerca se te nota lo incompleto, te brota la mentira, ¿creés que tu pintura lo tapa? ¿Que el saco te esconde los huecos? Traté miles de veces pero no sirve, no sos perfecta aunque me tape los oídos, la nariz, los ojos, la boca, aunque lo desee mil veces más. Te falta ese pedacito que de lejos no se ve, porque es chiquito, chiquititito, ese pedazo de realidad...realidad de mierda...pero te falta...y cómo te aleja ese pedacito de mierda, te rompe te escupe, te golpea, te desnuda...pero te volvés a vestir con pañuelos de colores y sacos. Y engañas, a veces. Y no parece que fuera mentira lo que te brota, sino felicidad. Felicidad rara, con la sonrisa rota, ojos vidriosos, nudillos golpeados, uñas mordidas, pero felicidad. Sonreís, todo el tiempo sonreís, esa sonrisa silenciosa, los labios bien rojos y los dientes blancos, blanquísimos, hasta pocitos en las mejillas, la sonrisa más linda y más triste. Pero te escucho, estoy demasiado cerca. Tu llanto quedito, siempre atrás de una puerta, escondida como de vos, se escucha. Pero no tenés palabras, no hay lágrimas cuando hay gente, solamente un ojo morado, un labio partido y una sonrisa, la más linda que he visto.
¿Quién nos presentó el acero al cromo níquel? ¿Por qué yo lo tiré al piso odiándolo y vos todavía te aferrás al metalcito y te lo apretás contra la piel cada vez que él llega? ¿Por qué buscás amor ahí? En él, casi tan frío como el cañito de cromo... ¿Te decepcionan demasiado a menudo? Tratá de no sonreír. Pará de correr, mujer, que se empieza a notar la nariz torcida.

_ ¡No! ¡Mirame bien! ¡No sé con qué ojos me estás mirando! Buscá los correctos y mirame bien. Amame, de verdad, soy perfecta.


Ese es el problema. Te amé tanto que me quedé sin amor.